LA VIDA O LA ECONOMÍA:
- Valentina Escobar
- 15 abr 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 4 jun 2020
Una discusión amplia y muchas veces sobre simplificada en una disyuntiva donde es la vida o la economía, olvidamos que tal vez “la economía versa sobre la vida misma”.

Según un estudio de Cristina Fernández, investigadora de Fededesarrollo hay 22.286 empleos que “no son adaptables” a las circunstancias actuales, como por ejemplo el sector de la construcción, o los conductores, entre otros. Generando impactos sociales que empiezan a llegar a otros grupos y a su vez amplían la población altamente vulnerable, debido a la crisis.
La mayoría de las propuestas concuerdan en que “La estrategia debe tener como prioridad minimizar despidos y cierres de empresas.” Sin embargo, los recursos son finitos y la situación actual incierta. Es idílico hacer una generalización y pensar que todos los empresarios están en la capacidad de seguir pagando nóminas.
Inclusive con propuestas latentes, como que el Gobierno asuma el pago de nóminas de los empleos formales “en los sectores más vulnerables costaría cerca de 2.5 billones de pesos (0.25% del PIB anual) por cada mes cubierto, sin contar prestaciones y contribuciones” (Nota Macroeconómica No.12 Universidad de los Andes) Realmente es una cifra representativa para la cartera, para hacerse una idea únicamente el costo de esta ayuda en un solo mes, implicaría el 0.25% del PIB ANUAL, análogamente en Colombia el recaudo tributario anual se acerca a 14% del PIB.
Varios países desarrollados en el mundo ya tomaron medidas para evitar una ola de despidos masivos y simultáneamente paliar las consecuencias económicas y sociales de la pandemia, por ejemplo en Australia se subsidia cada empleo vulnerable hasta 1.500 dólares australianos por quincena hasta por 6 meses, con un criterio de selección por empresa dependiendo de la caída de ingresos (https://www.theguardian.com/world/2020/mar/30/australia-to-subsidise-wages-of-up-to-6m-workers-in-130bn-coronavirus-plan) empero, la situación no es la misma para los países en vías de desarrollo puesto que existen mayores limitaciones fiscales tal como es nuestro caso.
El debate sigue abierto y ante la constante incertidumbre las políticas deben adaptarse y tratar de mitigar al máximo los efectos de la crisis, protegiendo siempre a la población más vulnerable. En efecto, en un país como Colombia hasta en circunstancias de normalidad no podemos olvidar que el hambre también cobra vidas.
Hay que tener en cuenta que el modelo de consumo está predispuesto a los ciclos económicos ya se veía venir antes de la pandemia que USA estaba en problemas por el rendimiento de sus bonos de deuda, los de corto plazo alcanzaban a los de largo plazo. Y aunque tenia niveles de crecimiento económico excelentes las recesiones son usualmente por sobreproducción el crack del 29 por ejemplo. Y así muchos otros casos, la economía alemana se contraía, el brexit hacía temblar los mercados europeos, en general las bolsas no crecían. Las cifras de desarrollo colombiano enmascarado por las bajas tasas de interés y no como tal en una diversificación de la economía.
Mi punto es que el Covid 19 fue…